Recibí un bello correo de un hermano de "Alma". Creo que debo escribir de tan sutil y sugerente enunciado.
Realmente es inspirador. Gracias Hermano.
La Inteligencia Universal fluye a través de todo lo creado.
Su Presencia y la existencia del ser humano no es algo fortuito, casual ni al azar.
Es ella la que le da vida y movimiento al sol, a las estrellas, a los planetas, así como también es la que hace que sea de día o de noche, que las semillas broten, las flores se abran, los barcos naveguen, los pájaros canten, los niños sonrían, …
No se puede ver, pero es evidente que está allí.
Ante los ojos humanos, es invisible y sin embargo se mueve y cambia constantemente de forma.
Los científicos le han colocado muchos nombres, entre ellos: energía, cuantos de luz, átomos, electrones, fotones,...
Inexplicablemente, el continuo movimiento de estas partículas, sus oscilaciones y los persistentes cambios de posición es lo que le da vida y nombre a todo aquello que sí se puede ver.
De igual manera, en el ser humano también se encuentra la totalidad del Universo.
Esa energía es el Alma o la Conciencia Individual.
El Alma, la Conciencia Individual, la Humanidad Inherente o ese cúmulo energético que no se ve, ha ido evolucionando desde la eternidad.
Cada individuo, sus acciones, sus pensamientos, sus palabras, sus sentimientos, sus emociones,… son el reflejo del desarrollo energético interno y del grado de perfección alcanzado.
Es decir, cada acción realizada por cada persona es una manifestación de un patrón energético, en el cual ellas se reúnen y se definen según sea el caso, durante períodos de tiempo imperceptibles al ojo humano.
Dicho movimiento energético proyectado hacia el exterior
es lo que determina la “calidad” de la cualidad o del valor humano cuando se acciona humanamente.
es lo que determina la “calidad” de la cualidad o del valor humano cuando se acciona humanamente.
En el caso contrario, si la energía se encuentra distorsionada o no ha alcanzado su perfección, entonces las cualidades proyectadas puede que sean negativas y quizás inaceptables por la mayoría.
Y así sucesivamente, ellas tienden a reordenarse y redefinirse según las condiciones, el tiempo, el lugar y las circunstancias.
Se unen y se separan interiormente, buscando nuevas combinaciones, en un continuo, ordenado y equilibrado estado energético de cambio.
Igual ocurre con la energía sutil del ser humano.
Cada pensamiento, cada palabra, cada acción, cada reacción, cada sentimiento, cada emoción,…, es un nuevo movimiento energético que se produce en su esencia o en su Alma.
Individualmente, cada uno de estos movimientos cuando se van perfeccionando es un patrón relativamente real, que de acuerdo a su percepción, se le ha colocado un nombre, y en su conjunto, se les conoce como virtudes, cualidades, dones o valores humanos.
Ese nombre individual asignado: amor, paz, felicidad, igualdad, … es una descripción temporal de esas combinaciones energéticas, en la que cada una de ellas, es una con las demás, en una íntima relación con el resto de lo que existe.
Es esa la razón, por la que las virtudes o los valores humanos, no pueden estar fuera del ser humano ni pueden ser aprendidos ni enseñados y menos adquiridos u obtenidos, ni conferidos, ni conseguidos, y por lo tanto, no pueden nunca jamás perderse.
Cada movimiento energético manifestado, tiene cierto parecido con el otro, pero con una leve característica, que lo hace diferente.
Esta cualidad de semejanza del uno con el otro, los hace energética y particularmente semejantes, pero a la vez, energética y particularmente diferentes en sus manifestaciones.
Cuando se activan y se manifiestan de manera equilibrada, se van desarrollando, fortaleciendo, afianzando, consolidando y/o arraigando, fortaleciéndose así la Humanidad Inherente.
Cuando se activan y se manifiestan de manera equilibrada, se van desarrollando, fortaleciendo, afianzando, consolidando y/o arraigando, fortaleciéndose así la Humanidad Inherente.
Pero cuando esta manifestación no se realiza adecuadamente, esas partículas se van desarmonizando, distorsionando, desvirtuándose y/o tergiversándose según el caso.
El reflejo del desarrollo energético interno, junto al grado de perfección fortalecido, es lo que finalmente define el carácter y el nivel de conciencia alcanzado por una persona.
Es esta la razón por la que cada uno de nosotros debemos participar conciente y voluntariamente en nuestra transformación individual.
Con esta actitud, nuestras energías inherentes se expandirán lográndose también con ello, una transformación colectiva.
Con estas indicaciones Cósmicas, de un pensamiento tan sutil.... agradezco profundamente el mensaje y seguiré en el camino.... de la......
.....Búsqueda del Alma.
Namaste.
Hola Javier , me llamo Inma, escribeme a: inma712@googlemail.com, no he encontrado aqui tu correo.
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